Alejandra se considera una mujer fuerte y con carácter, lo que la ha distinguido de otras artistas. En pocas palabras ella se considera auténtica y única: “Me gusta la gente con personalidad, de esas que tienen algo especial, a mi me gustan las mujeres fuertes como Frida Kahlo y María Félix, esas mujeres que nos dejan a nosotros algo de ellas”

Recordó sus inicios, en especial cuando debutó como cantante con el tema “Bye mamá” dedicado a Silvia Pinal, letra en la que plasmó la soledad que vivió como hija: “Ahora en lugar de llorar al cantar esa canción, voy y abrazo a mi mamá, le pido una bendición para mis trabajos. Yo tenía 18 años cuando inicié, fui rebelde pero siempre luché por lo que quería”

La Guzmán es de las pocas cantantes mexicanas que se atrevieron a cantar en Cuba cuando el régimen político era criticado. Por primera vez habla de dicho concierto: “Yo soy música, yo voy y canto y muevo mis nalguitas y soy feliz. En ese entonces, sí me dijeron que me iban a romper la estrella que tengo en Hollywood, pero es que no tengo esa estrella, les dije que la rompan pero yo voy, fui y me llevé una gran experiencia  y volvería a ir… no cobré por ese concierto”

A pesar de atravesar por problemas familiares, como el distanciamiento con su hija Frida Sofía, la cantante tiene a alguien que nunca la ha dejado sola en los momentos más difíciles: su hermano Luis Enrique Guzmán: “Luis Enrique será mi hermano para toda la vida, lo amo con toda mi alma, siempre estuvimos los dos juntos y solos, entonces tenemos un código por ahí y nos amamos. Tenemos una protección especial y él siempre estuvo ahí, fue el único de toda mi familia que estuvo ahí conmigo”

Los excesos han estado presentes a lo largo de su fructífera carrera como cantante, excesos de los que aprendió experiencias de vida: “La fiesta siempre va a estar ahí , los excesos también son parte del tren de trabajo. Como antes no había redes, pues era muy diferente, era parte de los 80’s y era muy llamativo lo de las fiestas, y yo ni los invitaba, ellos llegaban solos”

Ahora es otra persona, Alejandra se ha renovado en todos sentidos, para lograrlo cambió de estrategia para sentirse bien y estar en armonía con su gente: “Si tú estás mal, vas a buscar gente mala, y la gente como que te chupa la energía, el dinero… yo creo que uno sabe y siente las cosas, porque uno no se puede hacer tonto solo, entonces creo que eso ha sido parte de lo que me ha sacado adelante de muchas broncas”

Uno de los excesos fue el alcohol, problema que actualmente esta completamente superado: “Yo no me juzgo, yo me abrazo, yo me quiero y me escucho, yo no me peleo entre lo que digan y no, y ni me alimento de eso, realmente me alimento de un buen libro, de una buena película, de un buen comentario, de una buena plática, de un buen maestro, pero muy poco a poco ya no me meto en temas que no me gustan, hasta en las redes tengo más animalitos que personas”

La pandemia también fue de aprendizaje para Alejandra, nos revela qué actividades hizo para lograr un aislamiento social armónico: “Al principio fue muy pacífica, terapéutica, me gusta estar sola, me fui a Huatulco, donde aprendí a caminar, es mi templo de sabiduría, de silencio de estar en contacto con la naturaleza, ahí pasé 4 meses en los que hice muchos videos, pinté mi casa, se me taparon los lagrimales por una alergia, sufrí de los ojos, luego tembló y se cayó la casa y me regresé”